10 de Febrero de 2016

El hecho de que la expresión "dar un giro de 360 grados" no sea "correcta" a la hora de hacer referencia a un cambio drástico que altera (casi) en su totalidad algún aspecto de nuestra vida no es algo que nos sea desconocido. La expresión o modismo correctos, de hecho, es "dar un giro de 180 grados". Es bastante frecuente (me incluyo) que al emplearla de manera incorrecta se escuche el típico reproche "si das un giro de 360 grados te quedas donde estás". Sin embargo, y pensándolo detenidamente, cuando uno da un giro de 360 grados es capaz de contemplar la totalidad que lo rodea (igual que cuando hacemos una foto panorámica), por lo que la realidad, en realidad, sí que cambia; terminamos en el mismo punto en el que todo comenzó, cierto, pero ya no somos los mismos. El cielo era y sigue siendo azul; pero ahora ya no es "solo azul", es azul celeste. Los absolutos son importantes, pero también es necesario valorar los matices.


Alexander St. James

Juegos de paradigmas y sintagmas, ¿quién se apunta? Echaba de menos Vetusta. Quizá la clave se esconda en esas tres notas de violín dispersas por la partitura de La Bohème, quién sabe...

Y mañana será otro día...

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