2 de Octubre de 2011

"En mi memoria empezaron entonces a cobrar forma algunos recuerdos borrosos. El calor asfixiante de aquel autobús al que todo el mundo, efectivamente, llamaba La Valenciana. El griterío en su interios, las cestas con pollos vivos, el sudor y los olores que desprendían los cuerpos y los bultos que los pasajeros, moros y españoles, acarreaban con ellos. La sensación de una humedad viscosa entre los muslos. La debilidad extrema al descender una vez llegados a Tetuán, el espanto al notar que una sustancia caliente me chorreaba por las piernas. El reguero negro y espeso que iba dejando a mi paso [...] En aquel momento me sobrevino una flojedad infinita y noté cómo la mente se me nublaba y las piernas dejaban de sostenerme. Perdí la consciencia y ahora, semanas después, volvía a tener frente a mí aquel rostro que aún no sabía si pertenecía a mi verdugo o mi redentor".

El tiempo entre costuras

Perdón por mi ausencia, pero no encontraba nada que me inspirase especialmente para actualizar. Comienzos universitarios. Falta de sueño. Un sinfín de libros que comprar. Amaneceres fríos, mañanas abrasadoras. Quiero que llegue el frío leonés ya. Proyecto teatral de nuevo en marcha. Luces, público, telón.

Y mañana será otro día ...

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